Ser tacaño no es cuestión de ahorrar dinero
«Tengo un plan de negocio de 40 páginas. Ahora necesito un préstamo bancario». Estas palabras son una señal segura de que el negocio va a fracasar. A menos que te metas en el negocio inmobiliario, la financiación de la deuda sólo debe buscarse como último recurso.
En su lugar, debe simplificar su producto o servicio hasta sus elementos más básicos y buscar formas de lanzarlo con poco o ningún dinero.
En lugar de pagar 2.000 dólares a un diseñador web, consigue una plantilla de WordPress de 20 dólares y un logotipo de 20 dólares.
En lugar de pagar por la publicidad, haz un truco publicitario descabellado y escribe sobre él en periódicos y blogs. He aquí algunas ideas sencillas:
- Presta tus servicios con un disfraz de pollo
- Grabar un documental de 5 minutos que cuente una historia interesante sobre su empresa
- Organice un concurso en el que su producto sea un premio
- Subasta de sus servicios con fines benéficos
- Grabar un audio-curso y regalarlo
- Haz un vídeo bizarro en YouTube
- Alinear su negocio con un punto de vista político o social controvertido
Todo esto son cosas sencillas y baratas que puedes hacer para conseguir tus primeros clientes. Pero el negocio «parsimonioso» va más allá del marketing de guerrilla. También hay que exprimir todos los residuos del proceso de desarrollo del producto, eliminando todo lo que no sea el mínimo indispensable para salir al mercado.
El orgullo y el entusiasmo son emociones fuertes que hacen que los empresarios quieran reinventar la rueda. No hay que avergonzarse de coger algo que ya existe y modificarlo para adaptarlo a tu mercado. Pero, en cambio, nuestros egos nos dicen que todo tiene que ser «hecho a medida»… y debe tener todas las características que el cliente pueda desear.
De lo contrario, si no es perfecto, no puede salir por la puerta.
Aunque este enfoque orientado al detalle es una forma inteligente de dirigir una empresa establecida, hay algunos problemas cuando se intenta aplicar esta mentalidad a una empresa de nueva creación. He aquí algunos ejemplos de por qué conviene mantener los costes de puesta en marcha al mínimo:
#1: Tiempo de comercialización
Para ser rentable rápidamente, hay que reducir los gastos minimizando los costes de desarrollo del producto. En otras palabras, salir al mercado lo antes posible minimizará el riesgo de su negocio.
Supongamos que quiere inventar un nuevo tipo de refresco. No hay que avergonzarse de pedir a Pepsi que lo fabrique para ti utilizando su maquinaria. Puede que tus beneficios por lata sean menores, pero acabarás mejorando tus posibilidades de éxito y obteniendo beneficios mucho más rápido.
Si el mercado rechaza tu idea, habrás minimizado tus pérdidas con la subcontratación. Pero si el mercado acoge tu oferta, es cuando puedes empezar a hablar de invertir en instalaciones de producción.
#2: No sabes lo que quieren tus clientes
Cuando se lanzaron los pañuelos Kleenex, se gastaron mucho dinero en publicidad para posicionarse como «desmaquillantes». Pero sus clientes no querían un desmaquillante. Querían algo para limpiarse la nariz.
La empresa acabó teniendo que rediseñar completamente su marca y su envase para adaptarse mejor a este propósito.
Si su producto tiene demasiadas características cuando lo lanza por primera vez, puede acabar desperdiciando el 90% de sus costes de desarrollo. Y lo que es peor, todas esas características no deseadas pueden hacer que tu producto sea más difícil de usar para tus clientes.
Usted no tiene control sobre si sus clientes decidirán utilizar el producto de una manera diferente a la que usted había previsto en un principio. Al minimizar las características, también se minimizan los costes y los riesgos.
#3: Acceso a la experiencia
Uno de los aspectos positivos de la subcontratación, el trueque y la asociación como forma de minimizar los costes, es que también se consigue formar equipo con personas experimentadas que entienden su mercado y tienen un incentivo financiero para que tenga éxito.
Esto es especialmente cierto con muchos programas de revendedores que ofrecen material de marketing de marca compartida y expertos de guardia. Como resultado, estos servicios suelen estar disponibles por una fracción de lo que tendrías que pagar en otro lugar.
Y, como entienden el mercado, le ayudarán a evitar muchos errores de principiante.
#4: Libera tu crédito
La razón número 1 por la que la mayoría de los negocios fracasan es que se quedan sin dinero. Antes de pedir un centavo prestado a tu banco, pregúntate siempre: «¿Cómo puedo conseguir que otra persona pague por esto?».
Fíjate en cómo funcionan los grandes almacenes.
- No compran edificios. Los alquilan.
- No compran estanterías… las alquilan, y alquilan el espacio de las estanterías a los fabricantes para poder pagar los costes de alquiler, almacenamiento y enfrentamiento.
- No pagan el producto por adelantado. Pagan a los proveedores en 90 días… DESPUÉS de que el producto se haya vendido.
- No pagan por imprimir y repartir folletos. Cobran dinero para que los fabricantes anuncien sus productos en los folletos, y utilizan ese dinero para cubrir los costes de impresión y distribución.
- No pagan a los empleados de inmediato. Pagan cada dos semanas. DESPUÉS de haber generado suficientes ingresos para cubrir sus salarios.
Recuerde: Coste inicial = Riesgo empresarial.
Cuanto más pueda eliminar, más aumentarán sus posibilidades de éxito. Esto es especialmente cierto para los negocios en línea, como los sitios web de membresía, las copias de seguridad en línea, el alojamiento web, etc…
Hace 15 años, todas las empresas de Internet necesitaban grandes equipos de desarrolladores y millones de dólares de financiación de riesgo. Hoy, con la computación en la nube, hay montones de APIs y servicios de terceros disponibles. Si quieres crear una empresa, es muy sencillo tomar algo que ya existe y modificarlo para tus fines.
Y si ocurre algo malo mientras diriges tu empresa, te alegrarás de tener todavía esa red de seguridad de un crédito bancario aún sin estrenar a la que puedes recurrir.
Así que, si quieres montar un negocio, recuerda que tu plan de negocio debe ser sencillo y fluido, que los costes de puesta en marcha deben ser bajos y que debes utilizar el dinero de otras personas siempre que sea posible. Es una fórmula sencilla para el éxito que se ha demostrado una y otra vez.