Consejos para que una startup funcione y tenga éxito
«¡La fortuna favorece a los audaces!»
Si nunca has montado un negocio, probablemente seas consciente de lo difícil que es. A estas alturas nos han adoctrinado con mucho ruido sobre las dificultades que puede tener una startup -cómo las probabilidades están apiladas 9 a 1 en nuestra contra- y cómo el fracaso es en realidad la clave del éxito.
Aunque estos y otros datos difundidos por Internet pueden ser ciertos, nada dice que no puedas encontrarte al frente de un negocio de éxito el año que viene por estas fechas. Al fin y al cabo, un negocio seguro es algo por lo que todo el mundo haría cola si significara ganarse la vida o hacerse rico.
Aquí tienes 7 consejos prácticos que puedes utilizar para poner en marcha un negocio que genere beneficios el año que viene:
1. Reconozca que no tiene que crear un producto
¿Es Walmart un producto? No, de hecho no venden nada que sea exclusivo del mercado al que sirven; son una marca que vende las cosas de otros. Han desarrollado una forma de vender mejor los productos cotidianos reuniendo en un solo lugar la mayoría de nuestros deseos de compra diarios: comestibles, ropa, cuidado del automóvil, electrónica, electrodomésticos, utensilios de cocina, ropa de cama, comida para mascotas, juguetes, etc.
La cuestión es que no tienes que empezar algo desde cero, si las ideas no vienen lo suficientemente rápido como para empezar un negocio cuanto antes. Encuentra una manera de rascar un picor que ya se ha rascado, pero de una manera que sea innovadora en comparación con la competencia. Recuerda que los Walmarts y los Ubers del mundo son sólo marcas impulsadas por la innovación, no productos únicos.
2. El negocio tiene que empezar a ganar dinero de inmediato
Realmente no quieres iniciar un negocio que te obligue a fabricar productos que aún no se han vendido, ni ofrecer ningún servicio que te obligue a esperar meses para cobrar. Los negocios que utilizan este tipo de modelos tardan mucho tiempo en despegar y los tiempos difíciles suelen ser más duros, lo que supone una mayor presión para apurar las cosas y sacrificar la cantidad en lugar de la calidad con tal de pagar el alquiler.
Busca ideas de negocio en las que puedas construir/comprar productos físicos a medida que se venden (es decir, después de que el cliente haya pagado), u ofrecer servicios en los que sea habitual exigir un pago total o parcial por adelantado antes de que se inicie un proyecto, o al menos aquellos en los que los clientes estén preautorizados a realizar pagos mensuales preestablecidos con los que puedas contar para el capital, como los productos SaaS.
3. Empieza a hacer algo hoy mismo
Un consejo sencillo pero eficaz para cualquier aspirante a empresario. Una encuesta tras otra en los últimos 15 años ha demostrado que la mayoría de la gente quiere ser empresaria. Este hecho por sí solo debería inspirarte para ponerte en marcha con cualquier plan que intente escapar frenéticamente de tu cabeza: da el primer paso hoy mismo, como comprar el dominio o empezar el plan de negocio.
Entonces, continúa con el siguiente paso mañana. No dejes que las excusas se interpongan en el camino. ¡No hay tiempo como el presente!
«¡La fortuna favorece a los fuertes!»
4. Contratar a un cofundador
Dos cabezas son mejor que una, pero tres podrían crear una multitud demasiado grande para manejarla. Si quieres poner en marcha tu empresa el año que viene por estas fechas, es importante que empieces a buscar un cofundador que te ayude con toda la logística. Trata esta tarea tan importante como lo harías al contratar a un empleado.
Haz un tanteo en tus círculos sociales, tanto en línea como fuera de ella, y anuncia tu idea de negocio y que buscas un socio que esté tan dispuesto a triunfar como tú. A continuación, dedica mucho tiempo a hablar con los posibles socios para saber si sois compatibles como tales. También hay comunidades empresariales en línea a las que puedes recurrir, como los foros de Startup Nation y los subreddits de discusión de emprendedores.
5. Encontrar contratistas en línea y fuera de línea para cubrir las lagunas de talento
Contratar a alguien a tiempo parcial o completo ahora mismo sería un error, en la mayoría de los casos. Los empleados traen consigo mucho equipaje en forma de obligaciones salariales, restricciones de la legislación laboral y muchas otras cosas que pueden frenar el ascenso de la empresa a la cima.
Contrata asistentes virtuales y autónomos locales que puedan realizar el trabajo que necesitas. No empieces a contratar gente hasta que sea necesario, y puedas asegurar el empleo de las personas a largo plazo (es decir, que estés en negro financieramente). De este modo, podrás prescindir de aquellos que no puedan producir los resultados que necesitas, y cambiar a otra persona rápidamente con menos pérdidas financieras y de tiempo.
6. Empezar a comercializar ayer mismo
En realidad no necesitas un producto para empezar a comercializarlo. Digamos que tus sueños son sencillos y que quieres montar un pequeño negocio de limpieza local. ¿Por qué alquilar una furgoneta de trabajo y salir a comprar todos los suministros antes de conseguir clientes reales? Gasta el dinero donde lo necesites al empezar (es decir, en marketing).
Registra el nombre de tu empresa, contrata el seguro que necesitas para operar en tu zona, abre la página web, pon anuncios en Craigslist y Kijiji, publica anuncios en los periódicos locales y empieza a ir de puerta en puerta intentando convencer a la gente de que tu empresa es la adecuada para el trabajo. Quizá descubras que no tienes lo que hay que tener y te habrás ahorrado invertir en una tonelada de gastos generales y deudas (¡pero esperemos que no!).
7. No te dejes arrastrar por los clientes que buscan la oferta más barata
Si empiezas así y el negocio sobrevive los dos primeros años, es probable que al final del segundo año sigas atendiendo a todos los tacaños de tu mercado. Los tacaños tienen menos interés en el valor, serán leales sólo mientras los precios sean mínimos y sólo le recomendarán a sus amigos y familiares tacaños.
También existe la idea de que los clientes más baratos acabarán siendo los más duros y acabarán por perturbar tus esfuerzos de crecimiento con exigencias como la solicitud de reembolso de proyectos o productos con los que no están satisfechos y la petición de repeticiones y sustituciones. En un mundo impulsado por las redes sociales, acabarás haciendo demasiadas concesiones a esta gente para evitar la reacción pública.